viernes, 29 de agosto de 2008

NOCTURNO

Qué hermoso escalar por las teclas del piano desde el sillón, escondida entre la gente desde el fondo de la sala, colgada de tu mano, sintiendo cada sonido penetrar por los pliegues de la piel, adentrándose lentamente como un escalofrío.
Qué hermoso avanzar por la escala del deseo, ascendiendo al firmamento, allá donde brillan las teclas, donde nace la canción sosegada que invade el sueño, acogiendo en misterioso secreto el instante en que las miradas se funden en blanco y negro.

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