Es imprescindible el sol para que exista luz. La luna para encontrar la magia. El agua para imaginar tempestades.
Últimamente escribo muy poco, será porque estoy viviendo mucho y esto queda reservado a otra etapa. Pero una cosa he entendido en todo este tiempo, y es que la complejidad solo es la sencillez disfrazada de fantasía: así, un día, del rojo, el azul y el amarillo surgió el arcoiris.
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